Edgar Degas
Niños jugando
Después de la lluvia, un frío penetrante.
Es muy agradable ver un rayo de sol,
ilumina el espacio, levanta el espíritu,
todo se ve de otro color.
Más el aroma penetrante, es todo diferente,
después de un instante.
Niños jugando contentos,
no saben qué van a hacer en el momento.
Uno más osado ve un charco de agua,
todos lo siguen.
Mete sus zapatos,
¡qué rico es mojarse!
Uno en uno se miran, hacen lo mismo.
Entre más alto el salto, más se salpican sus ropas.
Ya no importa, hay que aprovechar el instante,
es signo de alegría, ríen en coro sus voces cantarinas.
Se toman de las manos, hacen una ronda
alrededor del charco, se miran de repente,
sólo mueven sus hombros, ya no hay vuelta atrás.
Salen risas, sus rostros de manzanita de bronce.
Les sale por los poros sólo felicidad.
Oda al Viento
Andando por los campos sin rumbo,
solo con el viento,
de repente una lluvia penetrante.
Toda la naturaleza en contra,
el corazón congelado de frío, una gran pena.
Quedé en el mundo solo, sin tener un amigo, ni siquiera un perro
otra voz para parlar.
Yo no sé dónde fue a morir mi acento
tembló un instante y se perdió en el viento.
Aire, eres lo único que tengo para respirar,
eres transparente, nadie te ve, sólo te sientes,
eres mi vida, sin ti moriría.
Tú puedes penetrar en todas partes,
golpea ese ventana, esa puerta;
allá a ese, bótale el sombrero,
bota las hojas de ese árbol,
silva una canción alegre,
mejor bailemos,
así habrá un poco de consuelo,
para reírme de algo.
Mi soledad será más llevadera, liviana como el aire,
transparente, no se ve sólo se siente.
¿Será una pasajera? ¿Será una utopía?
Ojalá pase velozmente, igual al viento.
Pueblo Solitario
Al pueblo le quedan sólo sus leyendas.
Cada uno cuenta a su manera, sus historias.
Son tantas y tan variadas,
con su lenguaje, propio de la pampa.
Hay muchas almas que no se han ido.
Según ellos ayudan al viajero,
pero éste no sabe con quién está,
sólo puede darse cuenta
cuando desaparece de repente.
Ya no puede hablar,
los pelos se le erizan.
Aparece de repente, sin decir nada.
No se atreve a preguntar,
le teme a la respuesta.
Aparece en otra dimensión,
sólo se ve cielo y tierra,
se oyen aullidos de coyotes hambrientos.
La curiosidad vence,
es tarde para intentar volver.
Viaje en globo
Subir al globo imaginario
es ver otro panorama,
más la compañía de seres queridos,
una utopía muy agradable.
Husmeando el paisaje cerca del cielo
nubes de diferentes formas y colores,
caminando, conversando un lenguaje
exclusivo, indescifrable.
Ver correr el agua cristalina de los ríos,
el mar, sus diferentes tonos azulosos,
jugando con gigantes olas.
Árboles frondosos, diferentes matices
van caminando al unísono con uno.
De la nada aparece una bella dama,
vestuario vaporoso, muselina rosada.
“Vengo a saludar,
demostrar que las letras danzan
al compás de la música.
Forma castillos en el aire, medievales y modernos.
Una alegría para el corazón y riqueza para el alma.
Obvio los sentidos, zapucean de gozo.
Todo es maravilloso.”
¡Sí, lo veo, el camino es lento,
paso a paso, así es seguro.
Se llegará a lontano, sin ningún apuro.
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