miércoles, 28 de marzo de 2007

Eva Ortiz


Familia a orilla del mar
Pablo Picasso


Destellos de vida

Voy avanzando rápido en dirección a tu casa. Quería verte, como tantas veces que fui en busca de un consejo o un consuelo. Deseaba contarte lo que me estaba sucediendo, pero de repente los recuerdos me vienen a la mente y mi andar se hace más lento. Me di cuenta que no quería llegar a tu lado y ver esa mirada indiferente de tus ojos que miran sin ver.
Quisiera poder irme detrás de esa mirada y saber dónde te fuiste y por qué quisiste dejar en vida este mundo. Porque tú, querida, te evadiste sin un aviso, nada me hizo pensar o prepararme para este momento, para este inmenso dolor que me acompaña en forma permanente. Pienso que soy egoísta, pues no sólo te alejaste de mí, también de tus seres queridos.
Escudriño tus ojos que me miran y no me ven y quisiera poder llegar al fondo de ellos para saber dónde estás en este momento, qué mundos estás recorriendo, qué mares estás navegando y creo que en el fondo de tus ojos, muy dentro, hay un destello de vida y un vestigio de tu antigua mirada, pícara y alegre.
¿Qué hizo que te fueras a ese mundo donde no conoces a nadie, donde no podemos alcanzarte? Alzhaimer, dicen los médicos; enfermedad maldita, pienso yo, que destruyó tu vida y a los que te rodean.
Pero yo me quiero quedar con la ilusión de este destello de vida en tu mirada y pensar que en ese mundo donde tú estás ahora, serás muy feliz y tendrá paz tu espíritu.



Ecos al viento


Jamás mi boca pudo pronunciar el dulce nombre de Madre. Lo gritaba al viento, a la lluvia, lo susurraba en el mar, le hablaba a la luna pensando que el eco lastimero de mis gemidos lograría llegar a ti.
En mis sueños viajaba a otros mundos, a lejanas galaxias y lograba vislumbrar por escasos segundos tu amado rostro, te veía tomada de la mano de papá, felices y sonrientes.
Me costaba volver de ese hermoso sueño, hubiese querido quedarme para siempre a tu lado.
Madre, cuánto añoré tu presencia, aún te sigo buscando, pero con la serenidad que da el tiempo transcurrido. Sé que estás siempre a mi lado, porque te llevo en mi pensamiento, y mientras eso ocurra nunca dejarás de estar conmigo, pues vas siempre unida a mi corazón.

3 comentarios:

Lila Magritte dijo...

Emotivos textos, me gustaron mucho, gracias.

Malicia Blues dijo...

Gracias a ti, Lila, por enseñarme a hacer esta maravilla de espacio de difusión. Somos muchos, tras la Mampara, que te saludamos y te agradecemos para siempre, tú no sabes la alegría que les has dado, tú no te imaginas la luz en sus ojos y la sonrisa en sus corazones. Sí... si te imaginas.
María Alicia

Unknown dijo...

Hermosos textos de mi madre querida

Tareas

Estimados integrantes de La Mampara, necesito que cada uno de ustedes me haga llegar: 1.- El nombre de su cantante favorito y ojalá la canción que de él más les guste. 2.- Un texto que sirva de prólogo para su libro personal, texto que sirva como presentación para cada una de sus obras. A la espera de sus trabajos, me despido y apago la luz por hoy. La señorita profesora, María Alicia